El sector de Turismo de la provincia se prepara para vivir una temporada atípica. Sucede que la recesión económica impactará “fuertemente en el bolsillo de los turistas”, según lo analizó Andrés Battig, CEO de Howard Johnson Hotel Yerba Buena. En diálogo con Norte Económico, analizó en qué punto se encuentra la industria hoy en la provincia. En este sentido, advirtió que cambió el modo de hacer turismo en el último tiempo y eso impacta en el sector también en la provincia. 

“Cambió la forma de hacer turismo. Esta es una tendencia global, interrumpida por la pandemia pero que después retomó la inercia con la que venía. Más viajes, más cortos y, en muchos casos, más cerca. Esto es saludable para un destino emergente como Tucumán, que tiene oferta suficiente para una semana”, remarcó.

Battig remarcó que las vacaciones “de antes”, largas y comprimidas, han dado paso a más escapadas de fines de semana, potenciadas por el aumento de feriados en la última década y media. “A eso se le ha sumado que hay más turismo interno por las dificultades económicas para viajar al extranjero, y que ese turista que recorre el país busca destinos nuevos. Desde ese punto de vista, Tucumán aparece en el radar para quedarse más tiempo, en lugar de tomarlo sólo como una parada camino a Salta y Jujuy”, soltó.

“La oferta hotelera de Tucumán ha tenido una buena recuperación post pandemia. La ocupación en 2022 y 2023 estuvo en niveles similares y por momentos superiores a los de 2019, y la oferta en general se ha mantenido en cuanto a cantidad de plazas, incluso con algunas inauguraciones en el interior de la provincia. Hoy tenemos una oferta bastante completa, con tres hoteles de cadena internacional y una muy buena oferta de marcas locales de 3 y 4 estrellas”, precisó.

Cambiar el paradigma

En este contexto, Andrés Battig explicó que el sector hotelero que se caracteriza por brindar un servicio más personalizado a sus clientes busca cambiar el paradigma de la ocupación plena solo en temporada y encontrar la ocupación plena de forma permanente. 

“Es lo que se intenta. Por supuesto que hay momentos en que la demanda es considerablemente menor y la ecuación de ocupación y tarifas exige jugar con cuidado. Pero en líneas generales, en los últimos años no sólo el hotelero, sino también el huésped ha ido comprendiendo cada vez mejor que las tarifas varían más que antes, que las promociones pueden ser más agresivas en determinados momentos, y que el precio es una variable que depende de muchos factores, entre ellos la antelación de la reserva y las condiciones de cancelación. Ese dinamismo requiere más equipo y más tecnología para ser administrado correctamente, pero permite optimizar los ingresos adecuándose a la demanda”, explicó.

¿Cuál es la oferta de valor que hace diferente a un hotel como el suyo de la homogeneidad de las grandes cadenas de hoteles? 

Nosotros somos un hotel mediano en cuanto a tamaño, grande en cuanto a servicios y pequeño en cuanto al espíritu de servicios. Mediano en tamaño porque tenemos 50 habitaciones de categoría 4 estrellas y un proyecto de ampliación para llegar a 62, pronto a comenzar. Grande en cuanto a servicios porque disponemos de 2 piscinas atemperadas (una semicubierta y una nueva exterior), spa, dos salas de reuniones, dos salas de juegos, restaurante y amplio estacionamiento, es decir una serie de facilidades propias de hoteles de cadena internacional y de una mayor escala habitualmente. Pero no dejamos de ser un hotel pequeño en cuanto a la intención de brindar una experiencia tranquila , familiar y, sobre todo, una atención personalizada a cada huésped, ya sea un turista de fin de semana o un pasajero habitué para quien somos su segunda casa cada semana. Esta combinación de lo internacional y lo familiar, de lo urbano de Yerba Buena con el verde propio de estar desarrollado en baja altura y con amplios jardines, hace que ofrezcamos una combinación diferencial respecto de la oferta en Tucumán y el NOA.

¿Qué tan preparada está la provincia para brindar estos servicios diferenciales y qué hace falta para potenciar el sector?

En Tucumán hubo avances interesantes en los últimos años en lo que refiere a promoción y también en lo que se denomina el ‘producto turístico’, o sea los lugares con servicios e infraestructura para visitar y las actividades para realizar allí. Me refiero a las mejoras en el Cristo Bendicente en San Javier, al desarrollo integral de El Cadillal, y otros proyectos más chicos, pero también relevantes. Por supuesto, corremos desde atrás y falta mucho para equipararnos con plazas líderes como Mendoza, Córdoba o Salta, que tienen además una red de prestadores receptivos tremendamente desarrollada y mejor conectividad –más allá de Buenos Aires-. 

¿Qué rol juegan los hoteles en el turismo de reuniones?

La buena sintonía del Ente Tucumán Turismo con el Tucumán Conventions & Visitors Bureau hace que Tucumán, desde hace muchos años, esté posicionado como un destino atractivo. Es un nicho en el que la Provincia juega en Primera. Más allá de los hoteles sede, aquellos más grandes y cercanos a los salones de reuniones de mayor tamaño, por supuesto que toda la hotelería se ve beneficiada por este nicho. En algunos casos de grandes eventos, por el desborde mismo; pero en otros casos, porque un asistente a un evento hoy es un turista o un recomendador mañana. Además, la dinámica es compleja y a veces un evento se desarrolla en diferentes niveles, y hay microeventos paralelos más chicos que valoran poder reunirse en un ámbito diferente, pero a la vez lo suficientemente cercano de la sede principal. Cambiar de aire, pero tampoco trastornar la agenda con grandes desplazamientos, ese rol es interesante para los hoteles que estamos fuera del microcentro.

¿Cuáles son las expectativas para el 2024?

La realidad es que el ajuste económico va a impactar fuertemente en el bolsillo de los turistas y de las empresas. Esperamos menos ocupación, lógicamente. Ya hemos pasado por años recesivos, por una pandemia, por años de inflación creciente… y para mantenerse competitivo no hay secretos: hay que invertir permanentemente en calidad de servicio, infraestructura, excelente atención, y una ecuación de tarifa y valor percibido que permita que el cliente obtenga más de lo que esperaba y regrese feliz a su hogar. De eso se ha tratado siempre la hotelería: más allá de los cambios y la velocidad tecnológica en la superficie, en el fondo este negocio mantiene su esencia intacta.