La producción de vino en Tucumán se distingue por su ubicación en altitudes que varían desde las laderas de las Sierras de Aconquija hasta las tierras más bajas en el valle. Esta particularidad geográfica influye en la singularidad de los vinos de la región, aportando características únicas a las uvas cultivadas en estas altitudes. La zona vitivinícola tucumana ofrece visitas a bodegas y viñedos con degustaciones de vino y paseos arqueológicos-culturales a tesoros heredados.

Con cultivos de altura que van desde los 1.700 metros sobre el nivel del mar (msnm) hasta los 3.000 msnm, la provincia cuenta con un total de 18 bodegas que elaboran productos únicos cargados de personalidad y que se distribuyen en distintas partes del país. Además, los vinos tucumanos están en búsqueda de nuevos mercados internacionales.

El Instituto de Desarrollo Productivo de Tucumán (IDEP) ocupa un lugar central como institución que tiene como objetivo potenciar esta industria en crecimiento. Norte Económico dialogó con la licenciada en Comercialización, Natalia Salas Crespo, quien se desempeña en el área de Competitividad y quien está a cargo de la asistencia del sector vitivinícola de la provincia.

Salas Crespo destacó la bondad de producir vinos en tan particulares condiciones geográficas y aseguró que los productos tucumanos se destacan por sobre el resto debido a su alta calidad. “Tucumán tiene la industria vitivinícola más alta del mundo, eso es real. Y hoy, con todo el tema del cambio climático, están en boga los cultivos de altura. En este sentido, la producción de la provincia se caracteriza por ofrecer un vino de calidad, más que enfocarse en la cantidad”, precisó.

Producir en la altura tiene enormes ventajas, tal como ella misma destacó. La presencia casi omnipresente del sol le da ciertas características al terroir y al vino, haciéndolo casi orgánico. En ese punto, Salas Crespo explicó que “para ser orgánico hace falta una certificación, una norma que acá todavía no la tiene ninguna bodega, pero que es algo a lo que se puede llegar con facilidad por las condiciones que presenta la industria”.

“Tucumán no puede competir con Mendoza o con San Juan en cuanto a la cantidad de producción. Sin embargo, la provincia ofrece uno de los vinos de mayor calidad. Hay que tener en cuenta que detrás de cada vino tucumano hay una historia. Y cuando hablo de historia, no me refiero sólo a una historia de tradición familiar, sino también de la tierra, de la ubicación geográfica y de todo lo que representan los Valles Calchaquíes”, añadió.

Natalia Salas Crespo destacando la industria vitivinícola en el evento Unsta Emprende.
Natalia Salas Crespo destacando la industria vitivinícola en el evento Unsta Emprende.

Industria acomodándose

La técnica del IDEP analizó el presente del sector y aseguró que “hoy la industria está acomodándose”. “Luego de la pandemia se acrecentó el consumo de vino en el país y eso se ha notado también en el sector”, precisó.

Al mismo tiempo, detalló que los vinos tucumanos son comercializados, principalmente, en Buenos Aires, aunque parte de la producción también es destinada a Córdoba y al mercado interno de la provincia. “Cerramos este año de forma positiva. Creo que el aumento en el consumo del producto juega a favor de la industria y durante el año que viene las perspectivas son positivas”, añadió. Asimismo, Salas Crespo detalló que el objetivo del sector sigue siendo el mismo: la tecnificación e innovación tecnológica en las bodegas.

Nuevos mercados

En cuanto a la posibilidad de nuevos mercados, la integrante del área de Competitividad del IDEP adelantó que la intención es que los vinos tucumanos se comercialicen a Brasil y a Estados Unidos. Tucumán ya exportó vinos a otras partes del mundo y uno de los grandes objetivos para el año que viene es alcanzar la llegada del vino al país vecino o al norte del continente.

“El IDEP ya está trabajando para que esta posibilidad se transforme en un hecho. Desde la institución contamos con numerosas herramientas y un equipo técnico de primer nivel para acompañar a los productores tucumanos a que exporten sus vinos. De hecho, en este momento, hay personal del IDEP en Estados Unidos -en la feria Expo East- trabajando para desarrollar el mercado de productos orgánicos”, concluyó.

La ruta del vino en Tucumán.
La ruta del vino en Tucumán.

Datos relevantes del sector

-La tradición vitivinícola tiene más de 130 años en los Valles Calchaquíes.

-Tucumán cuenta con 18 bodegas con un total de 150 hectáreas producidas.

-Son más de 100 etiquetas las que se producen en la provincia.

-Las variedades implantadas entre los 1.700 y los 3.000 msnm son: Torrontés, Malbec, Cabernet Sauvignon, Merlot, Tannat, Cabernet Franc y Petit Verdot.

-Enoturismo: la ruta del vino es uno de los principales atractivos turísticos de esta zona vitivinícola, unificada por la Ruta Nacional 40 y la ruta provincial 307que recorre los 180 km que la separa de la ciudad capital de San Miguel de Tucumán. Esta zona ofrece visitas a bodegas y viñedos los 365 días del año.