Ver el “vaso medio lleno” es el desafío que tienen en la actualidad las empresas que cuentan con trabajadores de distintas generaciones. Probablemente, los miembros de cada generación se comportan de manera diferente ante los requerimientos laborales y a su vez en muchos casos, también poseen sus propias opiniones respecto a la forma de trabajar de las otras generaciones, como es el caso, por ejemplo, entre la generación Z con su comportamiento dinámico y muy tecnológico y los Baby Boomers con una mentalidad tradicionalista, muy reflexivos, con mucha experiencia laboral y generalmente bastante ajeno a Internet, redes sociales o el comercio electrónico.

Entonces, ¿Dónde radica la fortaleza de contar con estos empleados para ver el vaso medio lleno? Es simple, en salir de los encasillamientos propios y generar un intercambio de conocimientos y actitudes, que potencien el crecimiento de las organizaciones y contribuya a su vez, en desarrollar un ambiente de trabajo inclusivo y productivo, que maximice al conocimiento individual y colectivo.

Sabemos que es todo un desafío buscar esas sinergias laborales entre el talento joven y el talento senior, sobre todo, trabajando y encontrando los puntos que tienen en común, más que analizando aquellos factores que los separan como generaciones.

Por ello, las empresas que apuntan a conseguir una gestión efectiva, deben fomentar la convivencia armoniosa y la colaboración entre los miembros de diferentes edades, a pesar de estar marcados por las experiencias dispares. Como regla general para iniciar con el proceso de articulación, es imprescindible determinar las fortalezas y debilidades de cada uno de los miembros y reconocer sus propios valores. De esta manera, las organizaciones capitalizan esta evaluación o análisis como una oportunidad para aprovechar las diferentes herramientas, habilidades y experiencias que cada generación puede aportar.

Asimismo, si también nos preguntamos, ¿cuáles serían algunas de las acciones convenientes para lograr exitosamente el objetivo de integración? Podríamos considerar entre otras las siguientes:

1-     Programas Tutoriales: Generar módulos de enseñanzas para que los empleados más jóvenes puedan explicar el uso de tecnologías o actualizaciones en diversas disciplinas a los empleados mayores y a su vez, éstos puedan transmitir también sus conocimientos sobre el desempeño y experiencia organizacional. Esto sin duda promoverá el intercambio de conocimientos y la colaboración intergeneracional.

2-     Capacitación: Implementar cursos donde todos los empleados pudieran participar con diversas opiniones, independientemente de sus edades. En estas capacitaciones se pueden articular programas de formación en: trabajo en equipo, comunicación, liderazgo y nuevas tecnología.

3-     Actividades de Integración: Desarrollar encuentros de socialización con todos los empleados, sin importar las edades, a los efectos de contribuir positivamente al clima organizacional. Allí podrán conocer más a sus compañeros, sus ideas, perspectivas y hasta opinarán libremente sobre diferentes temas. Estas actividades pueden incluir experiencias culturales, charlas motivacionales, actividades recreativas, Etc.

4-     Programas de Reconocimientos: Es muy importante considerar a la hora de llevar a cabo los reconocimientos, que estos deben ser inclusivos, premiando los logros obtenidos sin importar las edades.

5-     Flexibilidad laboral: Si es factible para la organización, se debería contemplar la posibilidad de ofrecer alternativas de flexibilidad laboral, como trabajar de manera remota, como es el caso de muchos empleados que lo hacen desde la casa, o también en horarios especiales. Todo esto asumiendo que los empleados más jóvenes podrían tener preferencias o requerimientos particulares que contribuyan a desarrollar más y mejor sus tareas.

Estas son algunas de las acciones orientadas a mejorar sustancialmente la comunicación interna y la integración generacional, las cuales impulsan a trabajar de una mejor manera, fomentando las sinergias de equipos y respetando al compañero en sus respectivos roles sin prejuicios de ningún tipo. Se debe tener la mente abierta y ser conscientes de que en toda organización no tan solo tenemos mucho que enseñar, sino también tenemos mucho que aprender. Solamente así, se lograra esta integración tan importante para la vida saludable de las empresas, donde los empleados se sientan importante y disfruten de trabajar en una compañía muy atractiva y los empresarios felizmente consideren que estas diferencias generacionales, no son una dificultad sino una oportunidad de crecimiento.

La diversidad generacional: Un desafío para las empresas